Archivos para 30 diciembre, 2011


Milagro: el agua transformada en sangre

Milagro: el agua transformada en sangre

Fundado el 1 de mayo de 1868 por el General Pedro Diez Canseco, entonces Presidente de la República, luego de una epidemia de fiebre amarilla que produjo cerca de 6,000 muertos en Lima, el Hospital Dos de Mayo culminó su construcción hace 136 años, en 1875, con el Presidente Pardo. Pocos años después lo ocuparían las fuerzas invasoras chilenas, entre 1881 y 1883, quitándoselo a la ciudad. En sus viejos edificios se siente el espíritu y la inspiración del mártir de la medicina nacional, Daniel A. Carrión, quien murió allí, en 1885, sacrificándose por investigar y curar la verruga peruana. Sus paredes guardan los secretos del memorable trabajo de laboratorio de Oswaldo Hercelles, que aisló la Bartonella bacilifornis; del destacado cirujano Guillermo Gastañeta y de médicos de la talla de Hermilio Valdizán, Aurelio Alarco, Augusto Dammert, Juan Botto, Juan José Mostajo, Max Olaechea, Carlos Lanfranco y Víctor Alzamora, entre otros.

El Hospital Dos de mayo, sede de la primera escuela de medicina nacional, la Facultad de Medicina de San Fernando, y que hace más de un siglo inició el tratamiento a la TBC y el trabajo de laboratorio e importantes cambios en la atención de salud, ha sido también testigo de múltiples convulsiones sociales, cuyos heridos y muertos fueron conducidos a sus Pabellones y servicios de emergencia. Ha vivido dramas tremendos, entre los que se cuenta alguna ejecución extrajudicial.

El viejo Pabellón Santo Toribio del Hospital Dos de Mayo alberga una nueva historia de dolor e injusticia: la de Elmer Campos. Unas 12 horas antes de la “Nochebuena” lo encontré tendido en la cama 14 de la enorme sala del pabellón. Tenía un polo verde, con el nuevo símbolo de Perú) inspirado en las líneas de Nasca), y su madre y hermano le masajeaban las extremidades paralizadas. Sobre el pañal para adultos que oculta la entrada de la sonda urinaria que le arde, una inmensa cicatriz da cuenta de la operación que, en Chota, le extirpó un riñón y el bazo como resultado de los balazos recibidos. Una bala se alojó en su columna y le cortó la médula, dejándolo paralítico de por vida y sin capacidad de controlar los esfínteres. Casi bajo el brazo, otras cicatrices dan cuenta de una bala que pasó por el pulmón.

Campos es un campesino delgado. Vive en el campo, en Bambamarca. Su mujer y dos pequeños hijos están en su terruño. Su madre está alojada en un hogar de monjas para acompañarlo, y su hermano ha llegado a hacer la posta y vive con algún pariente de un barrio de las afueras de Lima. Él no deja de repetir que quiere volver a caminar, a sentir las piernas, que le saquen la sonda que le arde, la bolsa que cuelga de la vieja cama de mediados del siglo pasado.

Sus ojos se humedecen, mientras los médicos que nos acompañan me explican el cuadro y la lesión que trajo la operación de Chota y Chiclayo. Le combaten una infección para ver la posibilidad de trasladarlo al Instituto Nacional de Rehabilitación del Callao y que pueda aprender a sobrevivir en este violento vuelco que le dio la vida.

Para Elmer es como una caverna que no tiene luz al final del túnel. Todo le parece oscuro. Dice que un neurocirujano le ha hablado de las células madre como capacidad de recuperar la médula, que ha funcionado con la niña Romina, que ya siente y puede mover una pierna, que hay países que tendrían la tecnología… Los médicos se miran entre sí, lo ven llorar y quebrarse, recomponerse y respirar con dificultad. Entran al tema de su SIS y las medicinas, porque su SIS se agotó y debe ser visto como caso especial. Se cubren algunas necesidades inmediatas.

Yo le digo que hace 62 años que cojeo y pude abrirme paso. Que el tendrá que ser fuerte y aprender algo nuevo, porque en la chacra le será difícil. En su cabeza pensará, de qué me habla este señor, qué tiene que ver una secuela de polio con lo que me está pasando. Le digo que somos 3 millones de peruanos con alguna discapacidad. Y me cuenta que tiene secundaria completa y que quiso estudiar algo en educación superior, pero no lo hizo. Le refuerzo esa idea y que muchos lo han acompañado y lo acompañarán, que no está sólo.

No hicimos nada, dice. Allí esta colgado un video en la Web, mírelo, me repite. Estábamos defendiendo el agua, nuestras chacras, nuestra vida. La empresa ha mentido y abusado tantos años (más de 20, pienso para mis adentros, recordando a Montesinos conversar con el representante de Yanacocha en el SIN, en un vladivideo).

Le cuento que me he visto con Marco Arana, hace poco. Me pregunta, ¿quién es Arana? El cura de Grufides, le digo. La respuesta es directa: no lo conozco. Hablamos de la responsabilidad del Estado, de su derecho a un juicio, a una indemnización, a un punto de partida nuevo. Le digo que requerimos informes médicos con su historia clínica y quedamos en vernos el lunes para comenzar a preparar las solicitudes y tramitarlos, desde Chota y Chiclayo, hasta Lima. Pienso, para mis adentros, en los que conducen políticas como la de Yanacocha, en el resentimiento que han acumulado en la gente. En lo torpe de su manejo y o que cuesta en la vida real de la gente. Me callo.

Elmer me regresa al momento: vuelve a las células madre. Le explico que es un procedimiento experimental, y que no conozco experiencias exitosas en la médula, para reconstruirla una vez rota de un balazo. Mira a los médicos. Silencio. “¿Pero, averiguará usted?” Claro, le contesto, no lo dudes.

“¿Y volverá?” No lo dudes. El lunes comenzamos a trabajar con tu familia, pero tú tienes que ser fuerte por tu mujer y tus hijos. Por ti mismo. La pregunto si le gusta leer. La respuesta es afirmativa. Le llevaré unos libros. Me despido y quedo en volver.

Al salir, lo cuento en twitter y alguna de esas bestias que llevamos dentro, y que siempre se expresa a través de aquellos para quien los otros no existen, contesta “”quién lo manda a ser un revoltoso”… Entonces, siento que las brechas del país son enormes, que la violencia está a flor de piel, que –para muchos- el otro no existe, más aún si afecta “mis intereses, mi manera de vivir”. Pienso en cómo se ganó el puesto el Premier Valdez, en la ira contenida de los que votaron por el agua, primero por el agua… Ysiento necesario contar lo vivido y cómo el agua se transformó, no en vino sino en sangre.

JAVIER DIEZ CANSECO: (24 de diciembre de 2011)


Lima.-  El congresista Mesías Guevara Amasifuen se mostró en desacuerdo con la realización del peritaje internacional al Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Conga en 40 días, pues sostiene que la extensa documentación que presenta el proyecto no puede ser estudiada a la ligera.

Mostró su disconformidad con el objetivo general  de los Términos de Referencia para el peritaje internacional, ya que allí se plantea identificar y proponer las medidas que permitan el mejoramiento de las acciones de mitigación de los impactos ambientales del proyecto minero Conga, dando por hecho su posibilidad, y no busca definir la viabilidad o inviabilidad del proyecto.

Según el parlamentario, las tareas propuestas en el cuarto punto sobre el alcance del peritaje referente a la afectación de las lagunas, la gestión del agua y las mitigaciones de los impactos ambientales y sociales en el ámbito de influencia del proyecto contemplan la información proporcionada por el Ministerio de Energía y Minas más no de la Autoridad Nacional del Agua que es el ente rector en los temas de balance hídrico.

De otro lado, Guevara Amasifuen manifestó que se esperaba que el acta fuera consensuada con los participantes del área de influencia directa de los distritos de Sorochuco, Huasmin, La Encañada y las provincias de Bambamarca y Celendín, además del Gobierno Regional y las organizaciones sociales.   

Finalmente, dijo que no está claro que significa la ejecución de las obras de infraestructura hidráulica a ser ejecutadas por la empresa estatal de activos mineros sac, pues el objetivo de ésta es realizar actividades de remediación ambiental para restablecer el equilibrio ecológico afectado por contaminantes derivados de antiguas explotaciones de empresas del Estado y no de empresas privadas.


 

El abrazo a la laguna: Conga en el imaginario político*

Con fotos de Paolo Aguilar

Dicen que las imágenes hablan y es cierto. Las imágenes pueden transmitir rápida y masivamente sentidos y significados complejos y por ello muchas veces capturan nuestra imaginación y emociones. Viajan más rápido que el texto y dicen muchas cosas a la vez en un lenguaje propio que tiene más llegada que cualquier lingua franca. Por eso es tan importante ahora el control de la circulación de imágenes. Porque ellas informan poderosamente nuestra opinión y son potenciales movilizadores para la acción.

Pienso, por ejemplo, que la imagen que queda del conflicto en Bagua es la del enfrentamiento entre organizaciones amazónicas y policías en medio de una carretera llena de humo en la que se cruzaron lanzas y balas. Bagua es choque frontal, violencia, muerte y carretera de penetración. ¿Y cuál es es la imagen que queda de Conga en nuestro imaginario? ¿Qué significa y qué representa Conga en la opinión pública? Imposible que Conga signifique una sola cosa para todos, y sin embargo, hay algunas imágenes que se van posicionando como símbolo del conflicto.

Hay una imagen que ha circulado ampliamente y que para mí sintetiza poderosamente la lucha en Cajamarca. Creo que va camino a convertirse en la imagen emblemática de Conga. Yo la llamo “el abrazo a la laguna”.

Miles de cajamarquinos, hombres y mujeres con sus característicos sombreros, deliberan frente a la laguna El Perol, inmensa y bella, protegida por los cerros pero también por las comunidades. La gente rodea la laguna como si quisiera abrazarla, formando un círculo interior que casi la imita mientras se habla, se toman acuerdos y se ocupa masivamente el amplio espacio delante de ella para hacernos ver de frente todo aquello que corre peligro de desaparecer.

Han venido desde lejos, atravesando los cerros.

Llegaron a pie y a caballo,  también en camiones, en una larga marcha por las alturas.

Y son miles, varios miles que se movilizan y actúan juntos porque en lo de la defensa de la laguna están de acuerdo. La protesta en El Perol es algo que así nomás no vemos, acostumbrados como estamos a que las marchas sean fenómenos urbanos y de plazas.

Traen sus banderas para informarnos sobre su procedencia pero también sobre su pertenencia. Ahí está la bandera peruana reapropiada desde Cajamarca, más específicamente Patahuasi, con su propio escudo y sus propias demandas. Son peruanos y peruanas de Patahuasi, que es y no es lo mismo que ser peruanos y peruanas de San Isidro – Lima, por ejemplo. Iguales y diferentes. Mismos derechos ciudadanos, distinta visión de los nudos del problema.

Y por todos lados, tanto como los varones, las mujeres. Aguerridas, decididas y juguetonas; jóvenes y de respetable edad; palo en mano, puño en alto; consigna, lema y broma  a voz en cuello.

Muchas mujeres son lideresas en Cajamarca. Han sido y son ronderas, saben comandar y mandar, saben luchar y defender. No es que se trate de un paraíso de igualdad, pero las fotos dejan en claro que las mujeres le entran fuerte también a la protesta.

Y claro que la protesta tiene también de cotidianeidad y de gozo. Es vital. Porque la laguna es vida y está viva. Porque de la laguna también depende la vida.

‎La protesta campesina por el proyecto minero Conga es bastante más que la lucha por el agua, de la misma manera que la propia laguna es mucho más que sólo agua. Es un reclamo organizado, masivo y pacífico, de respeto por el territorio y la autonomía que otorga la ciudadanía desde una realidad particular y poco reconocida en las ciudades y en los espacios desde los que se busca formar opinión y se toman decisiones. Más allá de la protesta urbana, de los titulares de la prensa, o las clásicas consignas de los que en uno y otro bando asumen la representación de quienes conviven con la laguna, están las imágenes de la protesta en El Perol. Imágenes que rompen con nuestro estereotipo de conflicto y protesta y nos obligan a considerar todos los temas que atraviesan el conflicto Conga desde otro punto de vista. ¿Serán estas las imágenes que más adelante simbolicen Conga en nuestro imaginario?

* Muchas gracias Elsa Estremadoyro por darle viada a este proyecto.

http://carmenilizarbe.lamula.pe