Es una verdad de Perogrullo que la minería a cielo abierto, o de tajo abierto, aumenta la competencia por el uso de la tierra y el agua. Las mineras siempre se ubican donde hay potencial de agua y al poco rato generan conflictos con las poblaciones aledañas.
Las estrategias que utilizan las empresas mineras siempre son las siguientes: cuando llegan el gobierno les otorga un área de trabajo, y posteriormente ellas compran más tierra y la gente se tiene que ir.
Se las llama minas de tajo abierto para diferenciarlas de aquellas en las que la extracción del mineral se consigue excavando galerías subterráneas.
La minería a tajo abierto supone dinamitar la roca superficial y llevarla en pequeñas dimensiones hacia las pozas de lixiviación donde se utiliza agua cianurada. Montañas enteras son convertidas en rocas, y su extracción empieza con la perforación y voladura de la roca. Son minas de superficie que adoptan la forma de grandes fosas en terraza, cada vez más profundas y anchas.
IMPACTOS AMBIENTALES DEL TAJO ABIERTO
Diversos informes científicos determinaron que durante la fase de explotación, los principales impactos ambientales causados por la minería a tajo abierto son:
• Modifica la superficie terrestre del área de explotación: devasta la estructura del suelo produciendo cambios severos en la morfología del terreno.
• Eliminación del suelo y resecamiento en la zona circundante.
• Disminuye el rendimiento agrícola y agropecuario.
• El impacto sobre la flora es de gran magnitud, implica la eliminación de la vegetación y los bosques en el área de operaciones.
• Destrucción y modificación de la flora en el área circunvecina.
• Provoca presión sobre los bosques existentes en áreas vecinas que pueden llegar a destruirse por los impactos de la explotación.
• El entorno queda afectado porque se transforma radicalmente, pierde su atracción escénica o paisajística, sumada la contaminación sonora por el ruido producido por las distintas operaciones: trituración y molienda, generación de energía, transporte, carga y descarga de materiales, etcétera.
La minería a cielo abierto remueve la capa superficial o sobrecarga de la tierra para hacer accesibles los extensos yacimientos de mineral de baja calidad. Los modernos equipos de excavación, las cintas transportadoras, la gran maquinaria, el uso de nuevos insumos y las tuberías de distribución permiten hoy remover montañas enteras en cuestión de horas, haciendo rentable la extracción de menos de un gramo de oro por tonelada de material removido.
Actualmente, existe consenso en la literatura científica sobre el tema en el sentido de que ninguna actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la minería a tajo abierto.
La minería a tajo abierto utiliza, de manera intensiva, grandes cantidades de cianuro, una sustancia muy tóxica, que permite recuperar el oro del resto del material removido.
Para desarrollar todo este proceso, se requiere que el yacimiento abarque grandes extensiones y que se encuentre cerca de la superficie. Como parte del proceso, se cavan cráteres gigantescos, que pueden llegar a tener más de 150 hectáreas de extensión y más de 500 metros de profundidad.
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